Todo un reto. Esta casa la pidió el papá y tenía que gustarle a la hija pero sin que la hija supiera nada. Como que cada quien tenía sus gustos muy distantes. Fue un largo trayecto desde el inicio, pero valió la pena, la casa quedó espectacular, una de las mejores del fraccionamiento. Además fue un gesto muy bonito de un padre hacia su hija.
Recuerdo mucho que esta casa se pensó por primera vez muchos años antes de que yo fuera arquitecto, cuando era aun niño. Mi papá llegó un día a la casa muy emocionado porque construiría esta casa y otras en ese mismo fraccionamiento, a todos nos emocionó en realidad, pues construir una casa era y sigue siendo un buen negocio. Pasaron muchos años y eso parecía haber quedado en el olvido. Ya de muy adolecente, cuando faltaba el dinero, recuerdo que periódicamente le preguntaba a mi papá por esas casas, si no sabía si se construirían algún día. Él no sabía cuando, pero nunca dijo que no se harían. Pasaron muchos años, yo ya era arquitecto cuando por fin, se encargó esta, la primera.